Recientemente, National Geographics publicó un reportaje sobre la industria y cómo esta podría ser la solución para la sobrepesca y para garantizar que los seres humanos contemos con la cantidad suficiente de proteínas que necesitamos.
Aquí, te dejamos un resumen de las conclusiones y de cómo podemos aportar a través de nuestra tecnología, al desarrollo sostenible de esta creciente industria.
¿Qué es la acuicultura?
Es una práctica que ha ido ganando popularidad en los últimos años como una forma sostenible y eficiente de producir alimentos marinos.
Entre las diferentes formas de acuicultura se encuentran el cultivo de algas y peces, que ha ganado especial atención debido a los múltiples beneficios que ofrece, así como los desafíos que enfrenta.
En Chile, debido a la gran cantidad de costa que tenemos esta industria se ha desarrollado en los últimos años, alcanzando el segundo puesto en la producción del salmón, la proteína más sostenible.
Beneficios del cultivo de algas y peces en la acuicultura
- Sostenibilidad ambiental: El cultivo de algas y peces puede tener un menor impacto ambiental en comparación con la pesca y acuicultura convencional. Las algas son organismos autótrofos que pueden crecer utilizando nutrientes y dióxido de carbono del agua, lo que puede ayudar a mitigar la eutrofización y la acidificación del agua. Además, las algas también pueden absorber nutrientes en exceso liberados por la acuicultura, lo que contribuye a la mejora de la calidad del agua.
- Producción de alimentos saludables: Las algas son una fuente rica de nutrientes, incluyendo proteínas, vitaminas y minerales, y su cultivo puede proporcionar una fuente sostenible de alimentos saludables para humanos y animales. Además, el cultivo de peces en sistemas de acuicultura puede ser controlado para asegurar que los peces se alimenten de manera adecuada y no contienen niveles excesivos de contaminantes o medicamentos.
- Diversificación económica: El cultivo de algas y peces puede ofrecer oportunidades de diversificación económica para las comunidades costeras y rurales. Esto puede ayudar a reducir la dependencia de la pesca tradicional y proporcionar ingresos adicionales a través de la venta de algas y peces cultivados.
Desafíos del cultivo de algas y peces en la acuicultura:
- Regulación y certificación: Aunque el cultivo de algas y peces en la acuicultura tiene potencial para ser una actividad sostenible, la regulación y certificación de estas prácticas aún están en desarrollo. La falta de normas y regulaciones claras puede dificultar la adopción y expansión del cultivo de algas y peces en la acuicultura. En nuestro país, el desarrollo de la industria ha obligado a la autoridad a fiscalizar los procesos y legislar sobre el tema. Con normas como la Resolución Nº 1141 y la modificación a la Ley General de Pesca y Acuicultura N° 18.892, se está recorriendo un camino hacia la mejora de las prácticas, y el desarrollo sostenible del negocio.
- Contaminación y escape de especies: La contaminación y escape de especies cultivadas pueden ser desafíos significativos en la acuicultura de algas y peces. El cultivo de algas puede requerir la adición de nutrientes y productos químicos, lo que puede resultar en la contaminación del agua si no se maneja adecuadamente. Además, el escape de especies cultivadas puede tener un impacto negativo en los ecosistemas marinos y la biodiversidad local.
- Gestión de enfermedades y parásitos: Al igual que en la acuicultura convencional, el cultivo de algas y peces también enfrenta desafíos respecto al control de las enfermedades y parásitos que se desarrollan en las faenas, que pueden contaminar al ecosistema y las especies naturales que lo habitan.
El futuro de la Acuicultura:
A medida que la industria sigue expandiéndose, también lo hacen las innovaciones, con las que se espera continuar alimentando a la creciente población mundial, pero a la vez, salvar a los océanos y sus ecosistemas.
El desarrollo de prácticas sostenibles y tecnologías que permitan esto es indispensable para el crecimiento de la acuicultura, y las nanoburbujas han llegado a ser la solución al contribuir al desarrollo sostenible de la industria mejorando la calidad del agua, aumentando la eficiencia de alimentación, reduciendo el estrés y mejorar el bienestar animal. También aportan al reducir el uso de productos químicos y aumentar la eficiencia en el uso de recursos.