El cambio climático es una realidad que afecta en todo el sentido el planeta y quienes lo habitan.
El planeta se está calentando de una manera nunca observada por el ser humano y esto está provocando estragos en muchos aspectos.
Así se ha visto también reflejado en la vida marina y, específicamente en peces, parte importante de nuestra dieta y actividad económica.
Pero ¿qué ocurre en los mares con el cambio climático?
Este fenómeno produce aumento de las temperaturas del mar, lo que impacta directamente a las especies que lo habitan.
Diferentes estudios han visto el impacto que esto produce en los peces, como la disminución de su tamaño, tal como lo demuestra el estudio de Nature Climate Change.
¿Cómo afectan las altas temperaturas a los peces?
Además de disminuir su tamaño, no todos los peces logran adaptarse correctamente a estas nuevas temperaturas, reduciendo su población en un gran porcentaje.
Además de esto, otro estudio de la Universidad de Montpellier, Francia, determinó que el aumento de las temperaturas puede incrementar el riego que suponen los patógenos víricos para las especies en centros de cultivo.
Altas temperaturas y criaderos de peces
El cambio climático está alterando los ecosistemas marinos y causando variaciones en la disponibilidad de oxígeno en el agua, lo que afecta negativamente la salud y el rendimiento de los peces en criaderos.
Menos oxígeno, significa mayor estrés para los peces, menor crecimiento y aumento de las enfermedades, por lo que es necesario tomar medidas y actuar para su abordar los desafíos que el cambio climático y el aumento de la temperatura en el agua provoca en los peces.
Nanoburbujas y oxigenación de biomasa
Nuevas tecnologías sostenibles se han desarrollado con el fin de ayudar a los acuicultores a solventar los desafíos actuales de formas eficientes.
Una de ellas son la oxigenación con nanoburbujas.
Estas pueden ser de gran ayuda frente a la disminución del oxigeno de diferentes formas:
Aumento del contenido de oxígeno:
Las nanoburbujas son burbujas extremadamente pequeñas con un diámetro de menos de 100 nm. Debido a su tamaño, pueden permanecer suspendidas en el agua durante períodos más largos y tienen una mayor área superficial en comparación con las burbujas convencionales. Esto permite que las nanoburbujas contengan y suministren más oxígeno al agua. Al aumentar el contenido de oxígeno disuelto en el agua, se proporciona un entorno más adecuado para los peces, especialmente en situaciones en las que el agua puede estar sobresaturada de gases o con niveles bajos de oxígeno debido a altas temperaturas.
Mejora de la respiración de los peces:
Los peces dependen del oxígeno disuelto en el agua para respirar, y el aumento de la temperatura del mar reduce la solubilidad del oxígeno. Al suministrar oxígeno adicional mediante nanoburbujas, se alivian los efectos negativos de la hipoxia (falta de oxígeno) en los peces, lo que mejora su capacidad para obtener el oxígeno necesario para su metabolismo y su crecimiento.
Reducción del estrés en los peces:
El aumento de las temperaturas y la hipoxia pueden causar estrés en los peces, lo que puede aumentar su susceptibilidad a enfermedades y disminuir su crecimiento. La oxigenación con nanoburbujas puede ayudar a reducir este estrés, creando un ambiente más favorable y estable para los peces en los criaderos y estanques de acuicultura.
Mejora de la producción y el rendimiento:
Al proporcionar condiciones de agua más óptimas y estables, la oxigenación con nanoburbujas puede aumentar la tasa de supervivencia, la tasa de crecimiento y la productividad general de los peces en la acuicultura.
Si bien las soluciones para el cambio climático deben ser a largo plazo e incluir medidas más amplias y que involucren a todos los organismos, la oxigenación de biomasa con nanoburbujas se convierte en una valiosa herramienta para mitigar los impactos del cambio climático y el aumento de las temperaturas en el mar.